Végépolys, del amor real a las plantas a centro de una industria líder en Francia y Europa

Por Alicia Namesny, enero 2017, 10 páginas

Hace pocos días tuvo lugar la feria SIVAL, 18 a 19 enero 2017 en la ciudad de Angers, un polo de actividad hortícola en el territorio francés. Los orígenes de esta especialización vegetal se rastrean hasta unas introducciones de cipreses y pinos parasoles -los típicos de las imágenes de Italia- en la abadía de St. Maur, en el siglo XII, seguidas por las introducciones del reconocido rey René de rosas, melocotonero, muscat, anémonas… de quien se explica que quiso obsequiar con la cercanía de estas especies “mediterráneas” a la reina consorte, y en quién se personaliza el inicio del interés angevino por la industria vegetal.

Una vez descubierta América, el relativamente cercano puerto de Nantes era la puerta de entrada natural a Francia y Angers se convirtió en un punto de recalada para las plantas del Nuevo Mundo que iban a parar al “jardín de los farmacéuticos”, transformado en “jardín de las plantas”. A lo largo el siglo XVIII se suceden introducciones de árboles frutales de Italia, Siria, Egipto y se desarrolla el cultivo del rosal. A partir del siglo XIX los hechos que marcan la especialización actual se suceden con rapidez, se crea una “Escuela de árboles frutales”, un “Jardín de viticultura”, se selecciona la pera “Doyenné du Commice”, cultivada en el Jardín de frutales de Angers, Vilmorin firma el primer contrato de producción de semillas (1850).

A final de siglo se crea la Escuela Superior de Agricultura de Angers y varias estaciones experimentales, algunas de las cuales serán el germen del INRA, francés Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, que se materializa en 1946. En 1982 ya se crean varios polos de investigación, que son a su vez la base del actual Végépolys, nacido en 2005. Un proceso cuyo hito futuro más destacado será la acogida por parte de Angers, en 2022, del 31 Congreso Internacional de Ciencias Hortícolas.