Description
En el mundo de la refrigeración cada vez se tiende más a la utilización del amoníaco (R-717). Los sistemas de refrigeración que utilizan este compuesto se pueden construir de dos tipologías distintas; realizando el intercambio de calor con el propio amoníaco como fluido frigorífero, los llamados sistemas directos, o de forma indirecta, refrigerando un segundo fluido encargado de transportar el calor desde el punto a refrigerar hasta el refrigerante primario
L. Torregrosa et al. explican en un artículo conciso y práctico los motivos por los que concluyen que los sistemas directos con amoníaco requieren inversiones menores y generan menos costes energéticos durante la operación, mientras que los indirectos permiten una mayor seguridad frente a la toxicidad del amoníaco y, a juicio de algunos operadores, en larga conservación permiten un régimen de temperatura y humedad relativa más regular en cámara, lo que revierte en una mejor conservación y menor deshidratación de los frutos.