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El autor, especialista internacional en mercados hortícolas de Syngenta Seeds asegura que se puede comprobar que cada año es mayor la superficie cultivada de melón destinada a la exportación a los países de mayor poder adquisitivo. La globalización de los mercados hace que hoy sea fácil encontrar melones en Finlandia o en Polonia, países donde antes estaba considerada una fruta exótica y que ahora puede ser adquirida por una amplia capa social, debido al aumento en la productividad de las explotaciones agrícolas y a la buena red de comunicaciones.
El trabajo de los genetistas de las casas de semillas ha contribuído a la globalización del consumo de esta fruta, en el mercado de ahora hay variedades superproductivas, con plantas que incorporan resistencias a enfermedades y permiten cultivar el melón en diferentes zonas geográficas. Gracias a la labor de estos profesionales se ha aumentado la vida poscosecha de la fruta, pudiendo llegar ésta al consumidor más lejano de los puntos de cultivo en un perfecto estado organoléptico.
Todas estas mejoras, opina Carles Deulofeu, y las que se avecinan, hacen que las perspectivas respecto al aumento del consumo y, por consiguiente, de la superficie del cultivo de melón, sean halagüeñas. También parece claro, se dice en el artículo, que la tendencia es incrementar la superficie de cultivo en las zonas más rentables, ya sea porque la mano de obra es más barata, por el descenso de los costes de los portes o simplemente por los acuerdos económicos internacionales.
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*Imagen portada: mercado de Uzbekistan